Este no es un post sencillo.

No encuentro exactamente la palabra, la frase, el título para este post; porque no es sencillo, ni es fácil definirlo, titularlo ni tan siquiera escribirlo.

Y es que no es fácil hablar de cómo la maternidad, paternidad, la crianza,…,se han ido convirtiendo cada vez más en un nicho de mercado apetecible, en un negocio rentable, en el que no siempre la ética está presente, en el que en muchas ocasiones se mercadea con emociones, necesidades, dudas e inquietudes de madres, padres, familias…

Leo críticas a determinados sectores y personas, enarbolando la bandera del respeto, desde una posición poco respetuosa y bastante ofensiva, si no en formas si en fondos.

Veo profesionales que se olvidan de su código deontológico, y de lo que es realmente su profesión, sanitaria y de ayuda física o psíquica; que se fundamenta en una serie de actuaciones directas en prevención o en intervención, las cuales siempre deben regirse por principios éticos, técnicas basadas en la evidencia y respeto a la persona y a la profesión.

No es extraño ver cómo usan lenguajes confusos, que llevan a denominaciones que no son. Palabras, nomenclaturas en las que se ocultan y amparan intervenciones, actuaciones para las que no están habilitados o que no pertenecen al cuerpo de conocimiento de su campo profesional.

Y algunos en silencio o a veces no tan en silencio, asistimos a lo que podríamos llamar tristemente un circo en un mercado; un mercado con un circo, o como lo prefiráis llamar. Donde además crecen los egos y parece vetado creer en sinergias, que triste como se aleja todo de lo que en teoría se dice predicar.

Personalmente como psicóloga creo que la ética y la evidencia deben de ir de la mano mi trabajo. Contando con que la ética también supone, o sobre todo supone que, además de realizar las actuaciones en base a técnicas e instrumentos contrastados y avalados, dando lo mejor a mis pacientes, sea capaz de reconocer y decir aquello para lo que no estoy realmente capacitada y derivar o al menos informar de ello, sin pretender llegar a todo; porque primero está la persona que atiendo, y después «si eso» y hay espacio y tiempo, estará mi ego.

Luego están otras figuras que crecen alrededor de algo tan natural como la mater/paternidad y crianza… denominaciones nuevas de «profesiones» en auge, que se alcanzan con unas pocas horas en una formación, muchas veces online… que luego se consideran (y aquí no siempre es culpa de ellas, si se lo hacen creer, por qué nos será así?) que están capacitados para algo para lo que realmente no lo están.

Madres ha habido, hay y habrá siempre. Con dudas, con miedos, y con necesidades, y que en muchas ocasiones se agarrarán aunque sea a un clavo ardiendo si creen o les dicen que eso les puede ayudar en su maternidad, una etapa que de por si les llena de dudas, a veces de culpa y sobre la que es fácil influir.

Y en todo este panorama… dónde quedan las madres?, los bebés? Las familias? Dónde quedan las incertidumbres, los miedos que a veces llevan con ellos?, dónde queda el respeto?… porque a veces me cuesta verlo.

Triste un momento en que lo que iniciaron movimientos de lucha por derecho al respeto en el nacimiento y crianza, de valorar la maternidad por lo que es y lo que supone, se haya continuado por un sendero mercantilista en el que a veces la moral, la ética y el respeto están totalmente ausentes.

Así que ese es un post difícil, porque sé que podrá ser muy criticado, podrá no comprenderse y podrá ser muy cuestionado.

Por eso,este post no es sencillo y estoy acabando de escribirlo y aún no sé cómo titularlo.

Jesica Rodríguez Czaplicki

Psicóloga Sanitaria. G2888. Perinatal.

Psicopedagogía

5 comentarios sobre “Este no es un post sencillo.

  1. Hola. Soy pedagoga y gallega 😊 ¿Qué criticas exactamente?, ¿el intrusismo laboral?, no me queda claro. Estoy iniciándome en mi blog y he publicado un ebook sobre maternidad y lo trato de un modo informal y emocional. Pronto sacaré otro sobre LM. Enhorabuena. Un abrazo.

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    1. Muy buenas. Has dicho unas palabras claves, intrusismo; pero además del intrusismo que de por si ya es suficientemente grave; pienso y hablo de cómo se puede llegar a dañar a las personas, con palabras que suenan atrayentes pero están vacías en fondo, con técnicas carentes de evidencia y nulas de ética. De cómo se manipula, de cómo ante situaciones en las que fácilmente una persona puede sentirse desbordada, surgen cual pirañas figuras con nombres rimbombantes que al final sólo están viendo nichos de mercado.
      Una cosa es hablar de la maternidad desde la propia vivencia, o de la lactancia… otra cosa es ofrecer y hacer “terapia psicológica” sin ser el profesional cualificado, atender la salud física o mental sin ser el profesional sanitario adecuado…

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  2. Me parece un artículo muy valiente y necesario. Soy psicólogos y estoy embarazada y he quedado horrorizada, no solo por el intrusismo, sino por lo vulnerables que están los padres con este «acoso» que se hace desde estas tribus mercantilizadas. Si no sigues sus dogmas como son el colecho, lactancia, etc (muchos quieren pero la vida no se los permite) se genera una gran culpa y vergüenza que predispone a problemas graves en la salud mental de la familia y sobretodo la madre.

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    1. Sabiendo que las necesidades básicas del bebé es el contacto y el cuidado; que la lactancia materna es el mejor alimento para un bebé, y que la cercanía y establecer el vínculo lo mejor y más pronto posible es lo que realmente cuenta; también debemos saber que una madre (y padre) necesita apoyo y comprensión, y no ir en una carrera en la que pueda sentirse ahogada y presionada, la culpa ya casi “viene dada de serie” con la maternidad; lo que debemos intentar por todos los medios es que no se instale; que no se cargue con ella.

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