Hoy quiero compartir la entrada con estas las mujeres y familias que luchan, han luchado y por desgracia lucharán con el cáncer de mama.
Cierto es que hemos avanzado mucho en tratamientos, cada vez más efectivos y eficaces, y con efectos menos adversos, pero aun nos queda camino.
Camino en prevención, en diagnóstico precoz (aunque mucho se ha avanzado) y camino en empatía; porque empatizar con estas mujeres no es solo ponerse un lazo rosa un día al año.
Mucho se habla de los programas de cribado, no soy especialista y aquí no puedo ni debo entrar a debatir, si es necesaria la mamografía rutinaria o si tiene un efecto negativo actuando en casos no necesarios; lo que si es importante es que la mujer conozca su cuerpo, sea consciente de los cambios que se producen en sus mamas a lo largo del ciclo, que mire con cariño sus pechos y sea capaz de autoexplorarse y conocerse, una buena auto exploración es determinante.
Hoy quiero recordar a todas las mujeres valientes, que batallan, batallaron, y batallarán, todas las que se han sentido derrumbadas y se levantaron, y también a las que les cuesta hacerlo.
Hoy recuerdo a sus familiares que les acompañan, que están a su lado, apoyando, mitigando angustia y aliviando malestar.
Y también a tantos y tantos sanitarios que se esfuerzan no solo por la cura, sino por la atención cálida y de calidad, que se acercan y comprenden, que apoyan y entienden.
A los investigadores que cada día buscan genes, factores precipitantes y fármacos más eficaces y menos agresivos.
Hoy es un día más, hoy recordamos a las mujeres que sufren o han padecido un cáncer de mama, pero no olvidemos que cada día, muchas reciben la noticia, cada día muchas se someten a mastectomías, cada día muchas están recibiendo ciclos de quimio o están tratándose con radio.
Hoy es un día conmemorativo, pero solo es un día más de los 365 días en que ellas luchan, ganan o pierden, pero se enfrentan a su enfermedad. Tengámoslo presente.
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