Seguramente que a algunos o muchos nos puede sonar aquello del Münchausen… hemos visto alguna película, serie de televisión, o incluso hemos escuchado en las noticias; alguna situación en la que la persona se auto provoca algunos síntomas o incluso enfermedades, o que llega a provocárselas a algún familiar, que en muchas ocasiones es el propio hijo.
Cuando esto ocurre, hablamos del SÍNDROME DE MÜNCHAUSEN, un trastorno psiquiátrico, englobado dentro de los trastornos facticios y que consiste en ir autoinfligiendose síntomas de diferentes enfermedades con la intención de conseguir atención médica. Los pacientes simulan una serie de enfermedades, de una manera muy convincente, lo que les lleva a un peregrinar por médicos, ingresos hospitalarios, pruebas e incluso cirugías. Para ello pueden llegar incluso a inyectarse bacterias, ingerir sustancias venenosas… etc.
Este síndrome fue descrito por primera vez por Asher en 1951, refiriéndose a una serie de pacientes que tienen un largo peregrinaje por los servicios de salud, teniendo explicaciones exageradas de sus síntomas, a menudo muy variados, y que parecen ser expertos en medicina; de ahí que también se les llame «pacientes profesionales». El nombre lo toma de la obra de Rudolf Eric Raspe, que narra las historias del Barón de Münchausen, un militar que relataba sus aventuras de una manera exagerada, resultando un gran fabulador; y esto es lo que se aprecia precisamente en los pacientes que presentan el cuadro o síndrome; una fabulación muy elaborada y exhaustiva de la enfermedad.
Ya en 1977, Meadow describe una nueva entidad de este espectro, el Síndrome de Münchausen por Poderes (Münchausen by proxy), en el cual el progenitor (en la inmensa mayoría de los casos, la madre) provoca en sus hijos enfermedades.
Parece increíble imaginar que un padre o madre pueda ir generando síntomas en su hijo, y enfermarle hasta la muerte; y esto es lo que ocurre en el Síndrome de Münchausen por Poderes, una forma de maltrato infantil en la cual precisamente quien tiene que velar por la salud y el bienestar del niño es quien provoca en él la enfermedad. La gravedad del Síndrome de Münchausen por poderes se encuentra en varios aspectos como son la elevada morbimortalidad, la dificultad para llegar a su diagnóstico y las complicaciones de su manejo posterior.
Cuando decimos que hay una elevada morbimortalidad, nos referimos al importante número de patologías y secuelas de las mismas desencadenadas en los niños a causa de las acciones, los padres pueden realizar conductas que van desde privarle de alimento para que no haya ganancia adecuada de peso, inyectar sangre a la orina o heces del niño, calentar termómetros para elevar la temperatura, darles medicamentos o sustancias que provocan diarreas, hasta infectar vías intravenosas… todas estas acciones desencadenan síntomas en los niños que requerirán atención médica. Es importante distinguirlo de aquellos padres que realizan constantes demandas de Salud ante sintonías reales y en ocasiones banales, en un inadecuado manejo de la evolución y enfermedades infantiles, con una preocupación excesiva por la salud, y una falta de herramientas o estrategias para afrontarla.
Se trata de una entidad de muy difícil diagnóstico, que suele pasar en ocasiones desapercibida, porque el niño realmente llega al consulta médica con un malestar y un estado de Salud alterado; es la pericia del profesional y el adecuado análisis de la historia clínica la que pone en pista de este cuadro.
Se han intentado dar explicaciones de por qué se produce este síndrome, y se suele observar un patrón bastante común y frecuente, caracterizado por madres que han sufrido algún tipo de abandono en su infancia, tienen poco o nulo apoyo de sus parejas, han sufrido abusos infantiles, se trata de progenitores procedentes de familias de origen desorganizadas, con apegos inseguros en los cuales el cuidado se encontraba en la provisión de salud…
Una línea de investigación importante en torno a este tema, es la que relaciona el APEGO con el Síndrome de Münchausen por Poderes; así diferentes estudios llevan a la conclusión de que en las madres de estos niños muestran un apego ansioso hacia sus hijos, pero a la vez provienen de sistemas donde el apego es desorganizado e inseguro, se observan niveles muy elevados de ansiedad y conflictos psicológicos y traumas previos por resolver.
El tratamiento en estos casos es complejo, y pasa necesariamente por una adecuada psicoterapia al progenitor que infringe el daño. Lo ideal es la combinación de terapia psiquiátrica y psicológica, de forma individual y familiar. Restituyendo la salud psíquica del progenitor, resolviendo el trauma que ha llevado a este cuadro y dotándole de adecuadas habilidades para el cuidado de su hijo, sin olvidarnos de la adecuada vigilancia y supervisión del menor.
Es una entidad que todo profesional de la atención a los niños debe conocer y tener presente, pues es un tipo de maltrato infantil grave y potencialmente mortal, que deja secuelas físicas y psicológicas importantes en el menor.
Jesica Rodríguez Czaplicki
Psicóloga G2888
Referencias:
- Adshead, G. and Bluglass, K Attachment representations in mothers with abnormal illness behaviour by proxy. The British Journal of Psychiatry Sep 2005, 187 (4) 328-333.
- Adshead, G. and Bluglass, K. (2001), Attachment representations and factitious illness by proxy: relevance for assessment of parenting capacity in child maltreatment. Child Abuse Rev., 10: 398-410.
- Cujiño, M., Dávila, A., Sarmiento, M., Villareal, M., & Chaskel, R. (2012) Síndrome de Munchausen por poder. Revista Latinoamericana de Psiquiatría; 11(2): 60-65.
- Jenny Gray, Arnon Bentovim, Illness induction syndrome: Paper I—A series of 41 children from 37 families identified at the great ormond street hospital for children NHS trust, Child Abuse & Neglect, Volume 20, Issue 8, 1996, Pages 655-673.
- Von Burg MM, et al. Munchausen syndrome by proxy: a different kind of child abuse. Indiana Med. 1995 Sep-Oct;88(5):378-82.