Cuantas veces escuchamos aquello de:
«¿Y le llegará el calostro?
“¿Tendré que suplementar con leche de fórmula mientras no me suba la leche?”
El calostro ya empieza a fabricarse en los pechos de la embarazada desde incluso antes de la semana 16 de gestación. De hecho, a veces, es posible visualizar la salida de unas gotitas durante el embarazo y otras veces, incluso llegan a mojar el sujetador y la camiseta.
El hecho de que no veamos rastro de calostro durante el embarazo no quiere decir que no vayamos a tener leche. No se trata de un marcador de la capacidad de amamantar de la futura madre. Yo misma, durante mi primer embarazo no noté salida de ni siquiera una gota hasta que di a luz, y mira por donde, llevo 5 años amamantando de forma ininterrumpida con lactancia en tándem de por medio.
Lo cierto, es que ese oro líquido se segrega en poca cantidad, pero es tan rico en proteínas, vitaminas, minerales y defensas que compensa su pequeño volumen.
Además, la naturaleza es sabia y ha diseñado a los bebés con estómagos diminutos, proporcionales a la cantidad de calostro que producen las madres en los primeros días del nacimiento.
Además, la naturaleza es sabia y ha diseñado a los bebés con estómagos diminutos, proporcionales a la cantidad de calostro que producen las madres en los primeros días del nacimiento.
Para que tengas una idea más visual, en este vídeo te enseño las cantidades aproximadas de leche que soporta de forma cómoda el estómago de un recién nacido
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